domingo, 29 de mayo de 2011

Av. España

El mar lo quiere todo

Como si todo no fuese más que una ofrenda de sal

Se apodera de lo vivido,

Me desprende de la memoria

y me envuelve con sus olas


Es el momento del adiós.

No volveré atrás

De mi compañero de ruta

hacia el centro del espíritu

me alejo hasta nuevo aviso o bien,

hasta que un viento marino me retorne

a perderme en su inmensidad.

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